Otro año más, 14 de febrero. San Valentín. El día de los enamorados. Pero también el de los solteros que reivindican eso de “Estar soltera está de moda, por eso ya no se enamora” al más puro estilo Bad Bunny. Y el de los amigos que defienden que la única relación duradera es la que mantienes con los de toda la vida que, contra viento y marea, aguantan el temporal.

En España, escuchamos fiesta y ¡tonto el último! La cuestión es salir a celebrar algo. Aunque sea San Valentín y estés a dos velas. Pues celebramos “San Solterín”, veas tú qué problema… Pero como en todo, la población se divide. Por un lado los haters de San Valentín y por otro los “Cupiders” totales.
Y ahora me dirijo a ti, marca. Con los “Cupiders” no vamos a tener ningún problema. Les puedes vender la moto que quieras, incluso una BMW c1. Bueno, esa igual hasta te cuesta un poco. La cosa es que no importa cuál sea tu sector, porque con la excusa de celebrar San Valentín, todas las marcas vais a poder captar clientes nuevos y fidelizar a los actuales, más si cabe.

¿Las promociones? El mejor cebo. Tú pon una oferta de cenita romántica, película con 2×1 en palomitas o una partida de bolos con un 20% de descuento si vas en pareja, y ¡premio seguro! No han jugado a bolos en su vida, Hulio, pero se van a marcar unos strikes ese día que ni el mejor bowler del mundo.

Lo realmente importante es que seas visible para tu audiencia. Marketing digital a full. E-mail repleto de corazones y frasecitas de Mr.Wonderful del rollo “El mejor sitio es a tu lado”. Y no hace falta decir que no puede haber una red social en la que no hayas subido un post donde muestres tu oferta. Incluso, haz sorteos. ¿Por qué no? No hay nada que nos llame más la atención que confiar en la fe ciega de que nos va a tocar ese viaje para dos del post de Airhopping en el que hemos mencionado a la mitad de nuestros followers de Instagram. O la cena en ese restaurante de sushi que tanto nos gusta. ¡Animalets! Pero, oye, de ilusiones se vive.

Sin embargo, quienes deben preocuparnos son los haters de este día, sin darles más atención de la necesaria. Me explico. Con haters no me refiero a que estén en contra del amor y su celebración por todo lo alto (que alguno habrá también), sino que manifiestan su oposición al consumismo que gira en torno a San Valentín.

Te invito a meterte en la mente de un hater. (Estamos dentro)

San Valentín no es más que una pantomima. ¡Viva el consumismo! ¿Fijar una fecha para enseñar al mundo lo muy enamorados que estáis tu pareja y tú? ¡Serà precís…! ¿No se demuestra eso en el día a día? ¿Cómo era esto…? Ah, sí: “el amor está en los pequeños detalles”. Já, permite que me ría. Luego eres el primero en subir posts con vuestros súper planes románticos.

Si tan integrada tienes la filosofía de los pequeños detalles, ¿Qué necesidad hay de celebrarlo como si fuera una final de Champions? Para mí, el amor tendría que demostrarse 24/7. En cualquier momento y sin importar el cómo. No puedes pensar que por currarte un detalle ese día, tienes asegurado, como mínimo, un año más de amor.

(Salimos) Uff, casi me da un parraque. ¡Disfruta, hombre, que la vida son dos días!

La verdad es que tienen un poquito de razón en cuanto al modo en que se disparan los niveles de consumismo sólo en ese día. Pero, como he dicho, no están en contra del amor, así que tantéalos, mímalos como si fueran un lindo gatito y los tienes en el bote también. Porque, de una forma u otra, todos acabamos celebrando San Valentín.

¿Y qué pasa con los solteros?

A ti, marca, te voy a pedir que pienses también en los “solterines”. No dejes que se sientan menos importantes. ¿Cómo que amor de pareja? No todos tienen la suerte de haber sido alcanzados por las flechas de Cupido, repartidas a diestro y siniestro. Muchas veces, sin miramientos.

Por eso, márcate un puntazo y apuesta por un marketing en el que incluyas a quienes están más solos que la una, que igual no es porque todavía no ha llegado la persona adecuada, sino porque lo han decidido así. Igual están mejor solos y el amor suyo es el propio, que en su justa dosis es el más sincero. Pero sigue siendo amor, y es lo que celebramos. Sin cruzar los límites del narcisismo, claro.

A parte de tenerlos en cuenta para la ofertas, puedes también tirar de humor en las redes y crear un quiz romántico en el que, por ejemplo, tus usuarios descubran si están en la friendzone con su crush.

En definitiva, toda audiencia es válida, parejas y solteros. Así que estructura tus estrategias de marketing en consecuencia.

Y, a ti, querido Cupido: a ver si mejoramos la puntería.